jueves, 14 de mayo de 2015

Como conocí a la Lucía

Yo era amigo del Ramón ya hace cinco años. Una amistad honesta. Con la Domi habiamos empezado a compartir nuestras vidas hace hacía unos 3 años, o algo así.

Por esos días el clima político estaba denso, por decir lo menos. Se había empezado a discutir reformas educacionales con el gobierno, pero nada salía. Que diálogo, que mesa, que el GANE, que el FE, etcétera. Finalmente  por esos días todo estaba en desacuerdo entre nosotros (los estudiantes) y el Gobierno.

Todo esto sucedió en Agosto. Uno de los meses más agitados del conflicto. Pero déjenme retroceder un mes.

Estamos en Julio y en la Católica la cosa no era fácil. Yo era de esa izquierda que se mezcla a veces nomás, que se moja el potito, pero la mitad no más. El Ra tenía más convicción. O sea, le costaba involucrarse, pero cuando lo hacía, era todo o nada. Yo me acuerdo que sentía que estábamos acorralados entre tanto imbécil que ronda la U. Sobre todo en la Casa Central. Era un ambiente nefasto, porque salían palabras que odio, como "resentidos", "upelientos", "hippies" y algunas otras más, que no merecen mención.

Por su parte la Domi decidió irse a la toma de su U. Ahí conoció un sinfín de gente que por transitividad conocí yo. Muchos cabros súper preparados, y otros que se notaba que el entusiasmo era sólo para figurar, porque no tenían contenido.

Con el Ra discutimos varias veces sobre qué podíamos hacer nosotros a la interna e independientemente. Varias veces llegamos a que era buena idea formar un colectivo anónimo, pero nunca concretamos la idea.

El 4 de Agosto quedó la cagada. La Domi se fue presa, la pillaron en Bustamante y no pudo hacerlo. Puta que fue huevona. Con el Ra mirábamos atónitos lo que pasaba, era un ambiente casi surreal. Hasta el día de hoy no he visto algo parecido.

Yo pensaba que después de irse presa la Domi iba a ser más calmada, pero finalmente resultó lo contrario. Salió con más convicción que nunca. Me acuerdo que se veía bella todos esos días, supongo que por esos días fue cuando finalmente decidí que no quería estar con nadie más. Qué extraña es la vida.

Antes del Paro de la CUT la Domi me dijo que marcharía con sus amigos de la Toma, que no iban a marchar con sus facultades, así que le propuse que fueramos juntos, y que podía llevar algunos huevones de la Católica. Accedió.

Fuimos yo, el Pancho, el Ra, el Pedro Cox y el Damián Schwarze y ahí fue cuando conocimos a un grupo de cabros de La Chile. Con algunos de ellos mantuve contacto después, todos buena onda. Pero fue este día cuando yo y el Ra conocimos a la Lucía, quien sería su futura polola.

Nosotros ya estábamos grandes, íbamos en quinto, la Domi también. Nos acompañaban puros personajes desde primero a tercero, así que éramos como los papás del grupo. La Domi sabía más de las marchas y qué hacer, así que ella era como la mamá. La Lucía era de la misma onda, así que se hicieron buenas amigas. Qué raro que es hacerse amigo de alguien en una marcha, con toda la paranoia que invocaba en ese tiempo la marcha. Todos pensaban que todos eran sapos, así que siempre había que ir con alguien que por lo menos supiera quién eras. Tiempos difíciles, supongo.

Después de eso seguimos juntándonos con ellos, los 4 éramos siempre constantes: Yo, la Domi, el Ra y la Lucía. A veces venía el Damián, a veces el Pancho, a veces la Cata, o alguna combinación de ellos. Nos juntábamos a tomar Mate y conversar mientras jugábamos cartas o dados. Es lo mejor para pasar el frío, si me preguntan, conversa, ocio e interesantes brebajes, como Mate, Navegado, o incluso un Té.

Me acuerdo que no me gustaba la Lucía, porque siempre estaba agarrando pal hueveo al Ra, como si quisiera dejarlo en ridículo o algo así, pero tanto yo como la Domi sabíamos quién era nuestro amigo. Al Ra parecía que la cuestión no le afectara, era como si este huevón fuera de fierro. Nada lo sacaba de sus casillas. Bien por él.

El año siguiente en Mayo, o por ahí el Ra nos contó que estaba pololeando con la Lucía.

Nos quedamos perplejos. Supusimos que toda la supuesta hostilidad parece que no era tal. Quizás él ya sabía que a ella le gustaba?

Después de eso dejamos de ver tan seguido al Ra, y cuando tomábamos once ya no venía tanta gente a vernos. Recuerdo que nos sentíamos solos. Mala onda, porque ahora eramos dos parejas.

La Lucía era extraña, con alcohol era muy extrovertida, risueña y despreocupada, mientras que sobria era totalmente distinta: observadora, seria, introvertida, casi siempre parecía que estaba calculando o algo así. Yo no sé, los huevones de Beauchef siempre me han parecido raros, creo que por eso se pelean con los de Derecho en La Chile. En fin, me parecía rara, porque su carácter cambiaba radicalmente con el alcohol, aunque para darle justicia, a todos nos cambia un poco.

Después, cuando el Ra estaba estudiando para su examen de grado la Lucía fue con una lista para el Centro de Estudiantes, salió electa como encargada del Área de Comunicaciones. A mi me parecía raro que hubiesen elegido una persona naturalmente observadora e introvertida para el cargo, pero supongo que estaba feliz por ella, creo.

En fin, recuerdo muchas cosas que pasaron, la mayoría son una lata, porque casi todas son de crítica. La Domi me dijo un día que yo estaba celoso de ella porque acaparaba a mi amigo, y tenía razón, porque después (esto ya lo conté una vez) me invitó a tomar un café para contarme lo mismo que la Domi ya me había dicho.

Después de eso la cosa cambió, porque volvimos a vernos los tres, más que nunca, como ya saben, e incluso tuvimos la re-adición de la Lucía a nuestro pequeño grupo.

Todavía creo que la Lucía es un poco altanera y escaladora, pero me cae bien, porque después de eso mi amigo nunca se vio tan infeliz como yo lo conocía.

1 comentario:

  1. No tengo mucho que comentar la verdad, pero quería hacerte una petición.

    pásate por mi blog.

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