domingo, 30 de septiembre de 2012

Falsa amistad

Entré a la cantina con mi típica mirada con el ceño fruncido, esa que resalta las marcas que me quedaron permanentemente en la frente y que hace que parezca que estoy furioso aunque la mayoría de las veces uso esa mirada para generar una coraza porque desde la época en que se generaban esas marcas que me empezaron a molestar las miradas curiosas de la gente sobre mi cara.

Con esa mirada de fierro entré.

Fui a la cantina y pedí un whisky doble con la cara de desconcertado que pongo cada vez que me toca hablar con alguien cuando uso esa mirada. Se demoró un par de minutos y me lo trajo. Esperando a mi "amigo" que en realidad de eso no tenía mucho empecé a tomar relacionando la quemazón de la garganta con los pensamientos que llevaba sobre mi mente.

Llegó, lo saludé y como siempre empecé a hablar y él a escuchar. Pero al poco andar me dí cuenta que la conversación no tenía ningún rumbo, que pensar en mi cabeza hubiese sido lo mismo, que en realidad de amigos no teníamos nada, que no sé nada de tí.

Me tomé lo que me quedaba al seco y te dije todo lo que te tenía que te decir, directo y sin vaselina.

Tú, por supuesto, te lo tomaste bien y seguimos hablando como si nada hubiera pasado. Porque la miseria ama la compañía.

Y seguimos siendo falsos amigos, y lo seguiremos siendo.

Quizás por cuanto tiempo más...

viernes, 28 de septiembre de 2012

Ubicación y Condicionalidad

No sé cómo encontrarte ni cómo llegar hacia tí, y francamente no sabría qué decirte cuando te encuentre, porque el apuro de las situaciones o los contextos en las que se presentan hacen que no siempre puedas o debas decir todo lo que has pensado, cosa que es funesta. No obstante, tengo que confesar que me he imaginado millones de contextos y situaciones y he planeado qué diría y cómo actuaría, y he hecho de mí un ser totalmente condicional por esto, porque todo lo pienso así ahora.

Te diría, por ejemplo, que me siento identificado con algunas cosas de las que nos muestras, que algunas las aprehendí, y que otras me conmovieron. Te diría que soy legítimo, que no soy falso, que hay factores externos que a veces me tuvieron ausente, pero jamás fui del bando contrario. Te diría que me asusta tu actitud frente al mundo en el sentido que es tan fuerte que me da miedo, pero sin embargo me gusta. Te diría que soy dévoto, pero que soy el más rebelde.

En cualquier caso, no sé dónde estás, no sé cómo ubicarte, y me pareces más lejos que nunca, así que probablemente no te diré (y para ser honesto probablemente no lo diría).

Además, te diría que es cierto todo, pero no sonrío... en vez de ello, río. Como bien sabes.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Te conozco

Siempre has tenido buena memoria, por eso siempre has recordado esas frases que te han marcado de por vida, aunque a veces te ha sido difícil recordarlas por lo que evocan.

Y la verdad es que te conozco y sé que hoy te es difícil seguir viviendo bajo toda esa filosofía. Te conozco, y estoy seguro de que hay ciertas frases que te provocan frustración contigo mismo. Sé que algunas te provocan nostalgia, así como también sé que no sólo son frases lo que te duele, sino también es la filosofía de vida con la que creciste.

Es totalmente cierto que todo esto no lo crees incorrecto, de hecho lo aprehendiste desde el primer momento en que te lo dijeron. Porque sabías que la idea tenía sentido. Sabías que lo que te decían era lo más cuerdo del mundo, y así efectivamente resultó ser. Mas cuando creciste empezaste a sentirte de esta manera porque en el fondo toda esa verborrea era para alguien más, era para alguien que en la vida tuviera actitud. Y no es que fueras alguien sin actitud, sino que simplemente eras alguien que no fue hecho para interactuar en esta sociedad.

Si me permites ser honesto contigo, me parece que solamente existes por dentro. No hay absolutamente nada que resalte de tí en lo exterior. No tienes personalidad. Tus palabras, no obstante, son sublimes. Eres un alma rebelde pero a la vez sumisa. Tus bellas palabras y tu inteligencia no sirven de nada porque la verdad es que no existe nada en tí que cohesione tu mente con tu exterior.

Por eso hay tanto anhelo en tí, por eso tanto deseo y expectativa.

Pero te conozco, weón, y sé que vai a salir de esta mierda y vas a solucionar todo esto de lo que hablo.
La pregunta importante es: cuándo?

sábado, 22 de septiembre de 2012

Territorio desconocido

No sabía por qué se encontraba ahí ni cómo había llegado. Sólo sabía que el lugar donde estaba escondía secretos. Muchos. Prácticamente se sentía en el aire.

Caminó por la no desierta avenida solo como siempre y comenzó a entender todas esas divagaciones que alguna vez conversó con aquellos que lo quieren. Ahora todo tomaba sentido. Comenzó a sentir cómo las piezas del rompecabezas de a poco iban encajando y pensó que había sido duro con su amigo.

La divagación lo llevó a ese lugar tan nocivo para él mismo, ese lugar en el que se esconde cada vez que los resultados de sus cavilaciones terminan en esas viejas teorías que marcan su filosofía de vida. Lo cierto es que ese lugar es, de hecho, sublime. Constituye la esencia de éste personaje, es la reflexión en sí. Pero todos sabemos que la reflexión en demasía destruye el interior de un ser.

Sobre todo si se combina con inseguridad.

Al poco andar por la calle, casi drogado por lo ensimismado que se encontraba en su pensamiento comprendió por qué le habían dicho que ese lugar le iba a resultar peligroso. No era la gente en sí, no era la delincuencia. Eran sus mismos pensamientos los que lo iban destruyendo por dentro.

Y por supuesto, ser destruido por dentro es un castigo mucho más grande que ser destruido por fuera.

Con el pasar de los años, nunca entendió por qué fue castigado tantas veces. Nunca jamás lo comprendió, y quizás jamás lo comprenda.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Existencia

Se detuvo por un momento frente a tan corriente edificio, apagó el cigarro y entró con inseguridad y el ceño fruncido. Por alguna razón que desconocía la incertidumbre y la inseguridad se habían esfumado luego de traspasar el umbral de la entrada. Atribuyó la temporal tranquilidad al cigarro y continuó hacia el mesón de ayuda.

La señorita lo miró con ojos suplicantes y preguntó: - En qué puedo ayudarlo?
Él le explicó la razón de su visita y ya con la respuesta de la desconcertada empleada caminó hacia la fila que debía hacer. Finalmente se encontraba ahí, a 8 (o quizás menos) minutos de la respuesta final, la respuesta a tantas preguntas que se llevaba haciendo desde que tenía 13 años. Se sentía desconcertado, pues siempre imaginó que el momento de la verdad iba a estar lleno de tensión y estrés, pero sin embargo se encontraba tranquilo y sereno. Ya no llevaba el ceño fruncido y su dibujaba en su semblante una pequeña sonrisa.


Los siguientes 5 minutos sucedieron con silencio en su mente. Ese silencio que denota seguridad, ese silencio que no causa incomodidad sino mas bien lo contrario. Llegó hasta el mesón y obtuvo el preciado documento.

Se dirigió a la salida sin sentir curiosidad. El rayo de certidumbre le llegó de un momento a otro. Inmediatamente entendió que todo lo que había pensado antes de ver por primera vez ese edificio era basura, total basura. Pensó que nunca nadie debe haber sido tan duro consigo mismo.

Tomó el sobre que había obtenido hace dos minutos y lo tiró a la basura. El guardia que se encontraba a la entrada le dijo: - Sabia decisión. Sólo los que realmente lo entienden tiran el sobre a la basura.

En efecto, hizo lo correcto. Por fin había empezado a vivir sin darle tantas vueltas a los pensamientos en su cabeza.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Y así es cómo

el mundo parece tomar su curso de nuevo. La pena se va yendo de a poco y queda un yo que puede ser descrito (sin ser ni querer sonar disparatado) como una persona normal.

Quizás mi nuevo ahumado amigo me hará mal en el futuro, pero pensar sin dar vueltas y vueltas en el mismo lugar me resulta hoy más fácil. Resulta más natural caminar, andar en bicicleta y hablar sobre cosas disparatadas. Incluso el mareo es agradable.

Y sostengo que el mundo toma su curso de nuevo, pero me gustaría que se entendiera bien que no hablo del mundo, sino de mí mundo.

Lo afirmo porque -y con vuestro permiso aquí voy teorizando-, creo firmemente que el mundo normal vive en el presente y se desarrolla en éste. No vive de recuerdos ni de expectativas, sino que toma recuerdos como lecciones para el presente y actúa pensando en qué desea para su futuro. Quiero enfatizar cómo cuando digo "actúa pensando en qué desea para su futuro" no me refiero a expectativas, sino al presente porque jamás se piensa en cómo debería quedar ni qué situación debe quedar luego de actuar para cambiar tu presente. Y de hecho, eso hace mal (créanme que lo sé).

En fin, hoy el presente es algo mío y el futuro va quedando atrás igual que el pasado.

En todo caso... siempre odié a los teóricos porque jamás ponen en práctica lo que dicen. Pero esto que escribo, señores, viene de la experiencia a la teoría.

La guitarra nos trae la alegría en cuanto es capaz de expresar la tristeza.
Pedro Yáñez.

jueves, 13 de septiembre de 2012

martes, 11 de septiembre de 2012

Hoy estoy acompañado

de dos personalidades. Ustedes ya conocen a una, llevo escribiéndole y escribiendo sobre ella mucho tiempo. La conozco y me conoce, prácticamente somos uno. Pero la otra persona que me acompaña hoy día es alguien que aparece de vez en cuando en mi vida pero en realidad no la conozco mucho.

Y siento que el nombre de este blog representa mi realidad  hoy más que nunca.

Hoy es un día para vivir la derrota.

El dilema es que no tengo nada para escuchar ahora que siento la soledad y la desesperanza apoderarse de mí. Sólo existe una canción, y no la puedo escuchar toda la noche.

No veo ninguna luz al final del tunel, porque no estamos en ningún tunel, no hay ningún camino que nos permita avanzar hacia donde ibamos. No hay nada. Nada.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Y aquí estamos de nuevo

tú y yo en compañía de la implacable noche de siempre. De esas noches que nos hacen pensar, de esas que nos hacen volver a querernos, de esas noches que te hacen rejuvenecer y te vuelven atractiva, de esas noches en las que nos damos cuenta que hemos perdido nuestra esencia, porque otros personeros han decidido bajar la cabeza en la lucha.

Perdido nuestra esencia digo, porque en las semanas pasadas tú te diste cuenta de quién soy yo y qué me interesa. Te diste cuenta de que soy capaz de abandonarte por cuanto tiempo sea necesario para luchar por lo que me parece justo, te diste cuenta de qué es lo que hace mi corazón latir, te diste cuenta de qué es lo que me hacía levantarme, fuiste testigo de cómo luché incansablemente en contra de mi alergia para ir donde sentía que podía ser un aporte en la causa.

Y soy volvemos a ser tú y yo aquí. Ya nada es lo mismo que antes, ahora tengo pena. Mucha pena por otros asuntos... estamos viviendo la sensación de la derrota, porque nuestros hermanos han decidido abandonar la lucha, causando la derrota. Hemos perdido.

Quizás cuándo volvamos a vernos todos los que estuvimos ahí, unidos por nuestras convicciones.

Saludos a todos los cabros de la Casa Central que le pusieron el aguante.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Esta sensación

se nota que me llega cuando me gusta alguien. Es tiempo de aceptar las endorfinas, dejar atrás la depresión y todo eso.

Es tiempo de aceptar todo esto en mi interior, y vivir con las ganas y con la adrenalina que me provoca esta weá. Porque es agradable. Porque me gusta el té.

Y considero que es hora de revelarle(s) a mi(s) lector(es) a quién le escribí todo lo anterior, porque no quiero quedar como un weon penca que sólo se queja. Es más, la personificación que hice la encuentro de sublime.

Ella se llama Soledad, y me ha acompañado por mucho tiempo en mi vida, y quizás lo siga haciendo por siempre.

Aceptaré sólo endorfinas de aquí en adelante.

sábado, 1 de septiembre de 2012

A veces sucede que

uno viene con muchas ideas en la cabeza de sobre qué escribir, y cuando llega la hora de decir algo, de escribir algo, de expresarse, de LIBERARSE. Uno se queda mudo. Los dedos no se mueven. No resulta posible escribir aquello sobre lo que venías pensando. No. El Vermouth Bianco en las rocas me lo impide.

El hecho es, que finalmente estoy aquí. Frente a un computador que deseé por tanto tiempo. Un computador en el que hemos invertido grandes cantidades de dinero. Y me doy cuenta que el maldito computador nada fácil ha hecho la tarea de hacer lo que tengo que hacer, y es más. Lo ha hecho difícil. Hizo mi vida una tortura por cierto tiempo. Y es que es tan injusto que en el momento en que dejaba este maldito aparato para ir a un lugar mejor me encuentro con una situación de la vida real que hace la vida en sí menos llevadera.... estaré maldicho?

Y volviendo al estilo al que escribo cuando no estoy borracho, he aquí para ustedes (igual estoy bajo los efectos del alcohol, pero trataré de que no lo parezca):

Por mucho tiempo busqué que te vieran en mis ojos. Simplemente busqué alguien que me dijera tu nombre cada vez que veía en mis ojos. Pero fue necesaria esta toma -esta maldita toma- para que me dijeran que mi maldito semblante ni siquiera se acerca a tu nombre. No. Está lejos. Lejos de siquiera remotamente acercarse a lo que tú eres.

En el fondo reconozco (a tu pesar, amor mío) que buscaba a alguien que me mencionara tu nombre como cualidad mía para poder borrarte de mi espacio. Pero hoy finalmente entendí que no es posible. Que siempre vas a estar presente en mi vida. Porque yo soy soy yo. Mi forma de ser (a mi pesar) jamás va a cambiar. Mucho tiempo fantaseé con que alguna vez tu salieras de mi vida. Pinté nuestra relación como algo pasajero, como algo con inevitable fin. Pero NO. No. Hoy me dí cuenta que yo estoy hecho para tí. Sí. Estoy hecho yo mucho más para tí de lo que tú estás hecha para mí.

Lo confieso. En algunos momentos te aborrezco y te detesto. Como ahora por ejemplo. Como toda la noche pasada. Te odio. Ya no te amo, no quiero estar contigo nunca más en mi vida. Pero yo estoy atado a tí asimétricamente. Tú no estás atada a mí, porque tú eres tú. Eres particular y eres feliz. Eres linda y graciosa. Tienes todas las cualidades que yo deseo para mí mismo pero no tengo. Eres todo lo que siempre quise y he querido ser. Pero yo estoy destinado a tí. Porque mi personalidad es así.

Si me preguntas tú, lector. Qué cresta causó todo este puto cambio de emociones? Sólo te puedo responder que tiene nombre y apellido. Al contrario de la señorita de a la que le hablo en todo este post. Sí. La causante de toda esta mierda tiene nombre y apellido. Ella causó estragos en mi puto mundo, lo hizo mierda. Lo machacó.

Hace ya dos noches, con dos contrasnochadores hablamos de la abstinencia y de cuánto tiempo pasamos sin hacer nada, sin dar siquiera un puto beso. Y me dí cuenta que en mi caso la situación fue por mucho tiempo. Pero hoy me dí cuenta que es mejor no tener mundo a tener un mundo que te lo hagan estragos por tu inseguridad.

Y la verdad es que soy una contradicción y a la vez la máxima expresión del balance en las cosas. Soy probablemente el ser con el corazón roto en la mayor cantidad de pedazos en toda la tierra. Pero mi cerebro es impenetrable, inexpugnable. En él confío más que en nada de lo que me digan. Y si ustedes juntan estas dos cosas encuentran el balance contradictorio en mí.

Una vez más, querido lector: háblame sobre esto en la vida real si me conoces. Tendrás la satisfacción de haber hecho feliz a alguien.