lunes, 17 de septiembre de 2012

Y así es cómo

el mundo parece tomar su curso de nuevo. La pena se va yendo de a poco y queda un yo que puede ser descrito (sin ser ni querer sonar disparatado) como una persona normal.

Quizás mi nuevo ahumado amigo me hará mal en el futuro, pero pensar sin dar vueltas y vueltas en el mismo lugar me resulta hoy más fácil. Resulta más natural caminar, andar en bicicleta y hablar sobre cosas disparatadas. Incluso el mareo es agradable.

Y sostengo que el mundo toma su curso de nuevo, pero me gustaría que se entendiera bien que no hablo del mundo, sino de mí mundo.

Lo afirmo porque -y con vuestro permiso aquí voy teorizando-, creo firmemente que el mundo normal vive en el presente y se desarrolla en éste. No vive de recuerdos ni de expectativas, sino que toma recuerdos como lecciones para el presente y actúa pensando en qué desea para su futuro. Quiero enfatizar cómo cuando digo "actúa pensando en qué desea para su futuro" no me refiero a expectativas, sino al presente porque jamás se piensa en cómo debería quedar ni qué situación debe quedar luego de actuar para cambiar tu presente. Y de hecho, eso hace mal (créanme que lo sé).

En fin, hoy el presente es algo mío y el futuro va quedando atrás igual que el pasado.

En todo caso... siempre odié a los teóricos porque jamás ponen en práctica lo que dicen. Pero esto que escribo, señores, viene de la experiencia a la teoría.

La guitarra nos trae la alegría en cuanto es capaz de expresar la tristeza.
Pedro Yáñez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario