jueves, 16 de agosto de 2012

Una de las razones

de por qué nombré "loneliest night" a este blog, es ésta canción: http://www.youtube.com/watch?v=8Lmeo0wWf6o

Y en realidad, el hecho de que alguien haga clic en un video de YouTube es cercano a imposible. Si a eso le agregamos la cuota de importancia que el lector da al nombre de este blog obtenemos un número cercano a nada. Pero no importa, porque cuando era pequeño una vez me dijeron que compartir era bueno. Y lo es, cierto?

Y ahora, por favor permítanme cambiar bruscamente el tema para no tener que crear otra entrada innecesariamente.


El hecho es, que uno de los integrantes de aquellas interesantes tertulias que resultan cuando voy a Copiapó es un periodista. Uno de aquellos formados en las épocas en las que al país todavía le preocupaban las personas que acudían a la Universidad. Sí, en esa época donde no importaba si estudiabas en Santiago o en cualquier otra ciudad, porque la formación seguía siendo buena (y esto se nota cuando hablas con estas personas).

Este señor, resulta ser un amante del cine y -hasta donde sé- un conductor de un programa de una radio local de Copiapó. Cierta vez comentó la siguiente frase

"La vida del poeta es mucho más sacrificada que la del novelista. El novelista puede simplemente esconderse bajo sus personajes. En cambio lo que escribe el poeta es puro (puro en el sentido de que los sentimientos y las emociones el poeta no las puede esconder)".

Me llegó directamente al corazón. Lo entendí perfectamente. Pocas veces en mi vida me habían dicho algo a lo que encontrara tanto sentido y tan rápidamente. Por eso es que nunca me sentí identificado con la poesía y siempre preferí la prosa y las novelas. Porque siempre he sido una persona que se autorefugia tras otras cosas. Nunca fui del tipo de personas que todo lo hace explícito (para algunos esto puede ser difícil de entender, porque en ciertas situaciones odio a la gente que no dice las cosas claras), es más en general me considero lo contrario. Es más interesante... genera curiosidad y vuelve a la gente atractiva.

Por eso escondo mis escritos en sendas metáforas. Para que sólo puedan entender lo que escribo aquellos que tienen la suficiente imaginación, aquellos que me conocen bastante. O en última (más bien primera, diría mi subconsciente) instancia, para que me pregunten qué es lo que escribo. Sí, soy un maldito cobarde que se esconde siempre, que le cuesta decir lo que siente de manera explícita. Lo admito, señores. Soy un maldito cobarde.

Y es por eso que siento que leerme a veces puede resultar tan agradable. Porque cuando se escribe con metáforas el texto puede ser interpretado (para sí mismo) de distintas maneras dependiendo de quién lo lea. O acaso hay alguien que se entretiene leyendo la exacta vida de otra persona? No lo creo. Las buenas escenas de las películas o los buenos libros están cuando sus situaciones o escenas las puedes traspasar a tu vida, de modo que te sientes identificado con ellas.

Quizás me excedí con la vanidad, pero sigo creyendo que escribo bien.

Saludos, amable lector.

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