lunes, 1 de agosto de 2016

Torcer

Todo empieza torciendo la flecha.

Y me pregunto: y si tomamos nuestras flechas que apuntan en sentidos opuestos y las torcemos? Seremos felices? Llegaremos allá donde el pasto es verde, donde no hay desigualdad, donde nos mueve el amor? Y si llegamos a ser cercanos?

Ciertamente es un pensamiento placentero. Me dan ganas de torcer mi flecha, pero al mismo tiempo desconozco qué pasa por su mente, y por lo tanto vacilo ante estas ganas que tengo.

Por qué no torcemos nuestras flechas, y en vez de apuntar hacia fuera de nosotros, las hacemos apuntar al otro? No sería entretenido? No sería interesante?

No hay comentarios:

Publicar un comentario